domingo, 13 de julio de 2008

POR QUE CREEMOS EN LA SALVACION POR LOS MUERTOS


No hay muerte ni muertos para el Señor; todos viven para él. "Dios
no es Dios de muertos, sino de vivos" (Mat. 22:32) dijo nuestro Señor refiriéndose a
Abraham, Jacob e Isaac que habían muerto hacía ya mucho para los hombres, pero que
estaban vivos a la vista del Señor en su perspectiva eterna. Dado que las ideas del Señor
sobre el progreso del hombre van de la preexistencia hasta su eventual herencia en uno
de los grados de gloria, como un curso continuo, no es importante (desde la perspectiva
eterna) si la oportunidad para aceptar el evangelio se da en esta vida mortal o luego, en
el mundo de los espíritus. Alguna vez, después de nacer a esta vida y antes del día de la
resurrección y juicio, toda alma viviente escuchará el mensaje del evangelio y será
juzgado por su reacción al mismo. Los millones que pasan al mundo de los espíritus sin
tener la oportunidad de escuchar las verdades salvadoras durante la mortalidad, la
tendrán después de lo que los hombres llaman muerte. Los grandes principios y
procedimientos mediante los cuales se ofrecen las verdades salvadoras, se aceptan y se
hacen válidas para los fallecidos, componen la doctrina de salvación para los muertos. De acuerdo con esta doctrina se enseñan los principios de salvación en el mundo de
los espíritus y las ordenanzas las hacen representantes en este mundo, vicariamente. A1
aceptar el evangelio en el mundo de los espíritus y porque las ordenanzas de salvación y
exaltación se hacen vicariamente en este mundo, los muertos pueden llegar a
ser herederos de la plenitud del reino del Padre. La salvación para los muertos es el
sistema que permite que las personas que hubieran aceptado el evangelio en esta vida si
lo hubieran escuchado, tengan la chance de aceptarlo en el mundo de los espíritus y
puedan entonces recibir todas las bendiciones que no tuvieron en la mortalidad.
(Doctrina de Salvación, vol. 2, pág. 116-203.)

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