lunes, 14 de julio de 2008

POPOL-VUH O LIBRO DEL CONSEJO DE LOS INDIOS QUICHÉS

El Popol-Vuh, que puede traducirse Popol, comunidad, consejo, y Vuh, libro, Libro del Consejo o Libro de la Comunidad, fue pintado. Lo dice el texto: “Este libro es el primer libro pintado antaño”. ¿El primer libro? ¿Querrá significarse con esto el más importante, algo así como la Biblia? “Pero su faz está oculta”, sigue el texto. ¿Oculta, por qué? ¿Fue destruido? ¿Fue quemado? ¿Se consumió en la ciudad de Utatlán, entregada a las llamas, reducida a cenizas por el Conquistador? “Su faz está oculta al que ve”, añade el texto, lo que mueve a pensar que no está oculta para el que, sin ver, conserva dicha faz en la memoria y la transmite oralmente.

Originalmente, el Popol-Vuh fue pintura, memoria, palabra, y en esta forma de tradición oral se conserva hasta mediados del siglo XVI, época en que vuelve a ser escrito, por un indígena, antiguo sacerdote quizá, en lengua quiché, con caracteres latinos. Este manuscrito, que constituye el verdadero original del Popol-Vuh, llega a manos de Fr. Francisco Ximénez, cura párroco de Santo Tomás Chuilá, población guatemalteca llamada actualmente Chichicastenango, a principios del siglo XVIII. Por eso se conoce el Popol-Vuh con el nombre de “Manuscrito de Chichicastenango”.

Descubrirlo el Padre Ximénez, varón versadísimo en lenguas indígenas, y entregarse a su estudio y traducción del quiché al castellano, todo es uno. Pero el perilustre dominico no se contenta con traducir el Popol-Vuh. Para dar testimonio incuestionable de la autenticidad del texto y curarse en salud ante las autoridades religiosas, tal similitud hay entre el Génesis indígena y algunos pasajes de la Biblia, hace algo que la posteridad jamás le pagará bastante: al par de su versión castellana, en columna paralela, copia del texto quiché, es decir, que no sólo nos lega su traducción, sino la transcripción del texto indígena.

El Padre Ximénez realiza dos versiones. Una primera literal, que no le satisface, y una segunda, más cuidada, que incluye en el primer tomo de la “Crónica de la Provincia de Chiapa y Guatemala”, obra monumental que del archivo de los dominicos pasa en 1854 con otros documentos del Padre Ximénez—, a la Biblioteca de la Universidad de San Carlos Borromeo. A partir de ese momento el libro sagrado de los quichés va a ser traducido a otras lenguas. El Dr. Carl Scherzer copia el texto en la Biblioteca de la Universidad de Carolina, y traducido al alemán lo publica en Viena, en 1857, bajo el título de “Las historias del origen de los indios de esta Provincia de Guatemala”. El abate Carlos Esteban Brasseur de Bourbourg llega a Guatemala, desde Francia, atraído por la luz de ese manuscrito prodigioso, se afinca en el país, estudia y profundiza la lengua quiché y traduce el Popol-Vuh al francés, versión que publica en París, en 1891, con el título de “Popol-Vuh, le livre sacre et les mythes de l”antiquité américaine”.

Varias otras traducciones se han hecho desde entonces, y se han publicado algo más de treinta y dos volúmenes, en todas las lenguas, interés que crece de día en día por tratarse de uno de los documentos milenarios de la humanidad.

De estas traducciones, citaremos las últimas. La del licenciado J. Antonio Villacorta y el profesor Flavio Rodas, publicada en Guatemala, en 1927, con el texto quiché fonetizado; la del licenciado Adrián Recinos, el cual encontró en la Biblioteca de Ewberry, de Chicago, el primer texto del Padre Ximénez, la traducción más literal, pero no la mejor, dado que el mismo autor la mejoró enormemente, y fue su segunda versión, ya más dueño del idioma quiché, la que incluyó en su famosa historia. De ésta, el profesor Georges Raynaud, después de más de cuarenta años de estudio, toda una vida, realizó su versión francesa ajustada al texto con rigor científico, sin restarle por ello su primigenia hermosura, su vuelo poético, su frescor vegetal, su hondura misteriosa. Dos de sus alumnos en la Escuela de Altos Estudios de París, el mexicano J. M. González de Mendoza y el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, vierten al español, bajo la dirección del propio profesor Raynaud, la traducción del Popol-Vuh, hasta ahora considerada como la mejor, y la publican en París, en 1927, con el título de “Los Dioses, los Héroes y los


Hombres de Guatemala Antigua”, de la que después se han hecho varias ediciones, siendo merecedora de citarse, en primer lugar, la de la Biblioteca del Estudiante Universitario [“El Libro del Consejo”], en las publicaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Y es la versión del Profesor Georges Raynaud, la de mayor autoridad científica, la que ahora publicamos, en la traducción al español de González de Mendoza y Miguel Ángel Asturias, seguros de que por igual ha de interesar al investigador, al sociólogo, al poeta, al escritor, al artista y al curioso lector que ame los mitos antiguos, y en este caso, el de cómo los dioses formaron el mundo americano y cómo fue creado el hombre de maíz. NOTA SI ESTAS INTERESADO EN EL LIBRO PIDEMELO Y TE LO ENVIO A TU CORREO


domingo, 13 de julio de 2008

UN ANALISIS CIENTÍFICO DEL LIBRO DE MORMON


El Dr. Sylvanus G. Morley, en su tiempo el más eminente de los
investigadores de la cultura maya, expresó una síntesis de la opinión que
prevalecía entre los pocos expertos que había en 1935, acerca del desarrollo de
la escritura en el Nuevo Mundo:
"La escritura maya representa una de las etapas más primitivas del
desarrollo de los sistemas gráficos que aún existen en la actualidad... Bien
puede ser que represente la etapa más primitiva de un sistema gráfico formal
de que tengamos conocimiento.
"Las inscripciones mayas primordialmente se relacionan con... la
cronología, la astronomía --o quizás sería más acertado decir la astrología- y
los temas religiosos. En ningún sentido encontramos registros de glorificación
personal y auto-adulación como las que existen en las inscripciones egipcias,
asirias y babilónicas. No relatan ninguna historia de conquistas reales, ni de
logros reales; no adulan, exaltan, glorifican ni agrandan: de hecho, son tan
esencialmente impersonales . . . que es probable que jamás se hayan inscrito en
los monumentos mayas los nombres de hombres y mujeres específicos. Estas
palabras ciertamente no reflejan el contenido del Libro de Mormón.
No obstante, para la década de 1970 se había realizado un gran
cambio en la opinión de los científicos. Michael Coe hace ahora referencia
despectivamente a este "concepto tan raro" que había sido común en el
tiempo de Morley de que las inscripciones mayas representaban poco más
que "tonterías cronológicas". El cambio comenzó en 1958 con las obras de
Heinrich Berlin, quien demostró. como lo indica Coe, que "los relieves
mayas y los textos que los acompañan . . . son registros históricos que no
se relacionan con las ciencias ocultas ni religiosas. sino con la política
caótica diaria de los estados primitivos con dirigentes belicosos, que
tenían la determinación de incluir a los demás estados mayas dentro de su
esfera de infuencia" El nuevo punto de vista hace que la civilización
maya "suene muy similar a otras civilizaciones del mundo, con sus relatos de conquistas, de la humillación de sus prisioneros, de sus bodas y
descendencia reales También hace que suene más similar a la
civilización de los Nefitas y Lamanitas.
Durante una temporada, los científicos también dudaban de la
descripción que ofrecen las Escrituras con respecto a otro punto. Moroni
afirmó que " los caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado
. . . los hemos transmitido y alterado conforme a nuestra manera de
hablar" (Mormón 9:32). Como consecuencia. esos caracteres debían de
tener un elemento fonético, ya que hasta cierto punto representaban
sonidos. No obstante, los expertos principales como Morley, Thompson y
Barthel insistían que los jeroglíficos mayas solamente contaban con
algunas rasgos fonéticos triviales. El científico soviético Yuri Knorosov
tomó la iniciativa y corrigió ese error. En la actualidad se reconoce que
"el sistema maya tenía un fuerte componente fonético-silábico", muy
similar a la descripción que hizo Moroni del sistema Nefita.
Sigue siendo verdad que la escritura mesoamericana incluye muchos
signos ideográficos (que representan conceptos o palabras completos sin
ninguna referencia a los sonidos). Un solo signo puede tener diferentes
significados, aclarados solamente por el contexto y la experiencia del lector.
"El entendimiento de éstos es lo que requiere más tiempo y mayor paciencia."
De nuevo escuchamos el eco de las palabras de Moroni, pues él se lamentó de
que los escribas nefitas no fueran "fuertes para escribir". No podían "escribir
sino poco, a causa de la torpeza de [sus] manos." Encontraron que
"[tropezaban) al colocar [sus] palabras". (Véase Et. 12:22-?,5.) Mormón también se lamentó por el sistema de escritura de su pueblo, diciendo que "hay
muchas cosas que, de acuerdo con nuestro idioma, no podemos escribir'. (3
Ne. 5:18.) J.E.S. Thompson hace la misma observación acerca de la escritura
maya: "Tanto las consideraciones de espacio como las asociaciones rituales
hacían difícil la precisión en la escritura; . . . el lector tenía que tener un buen
conocimiento de la mitología y el folklore para poder comprender los textos",
y aún así, la lectura podía resultar ambigua. En este artículo se señala la escritura
jeroglífica de los mayas por dos motivos: es la más conocida, v data del período que
comprende la porción final del relato del
Libro de Mormón. Los habitantes de la
enínsula de Yucatán entre los años 300 a 900
d. de J.C.. aproximadamente, quienes
hablaban el idioma maya, tallaron
inscripciones en cientos de monumentos de
piedra caliza. y sus descendientes vivieron la
cultura antigua lo suficiente para poder
omunicar a los españoles información valiosa
cerca del sistema que usaban los mayas para
pensar y escribir. El único sistema que
obrevivió en detalle comparable a éste fue el
azteca. pero era una escritura posterior v
mucho más sencilla. En total se conocen
cuando menos catorce sistemas de escritura Jeroglífica en Mesoamérica.En solamente
tres de estos casos -el maya de las tierras
bajas, el azteca v el mixteca-se ha logrado un
progreso considerable en descifrarlos. Algunos
sistemas de escritura están representados por
un solo texto. Tal como en el caso de la "transcripción de Anthon"que nos dejó José
Smith, es probable que no nos sea posible
progresar en descifrar esos textos hasta que
contentos con mayor cantidad de textos
parecidos.

EXISTIA EL METAL ANTES DE LA CONQUISTA EN AMERICA?



Durante muchos años, los científicos que
se especializan en el área de Mesoamérica
contendieron que la metalurgia era
desconocida en esta región hasta después del
final de la era clásica, alrededor del año 900 d.
de J.C. Por otra parte, el Libro de Mormón
indica que los nefitas utilizaron el hierro, el
cobre, el bronce, el acero, el oro y la plata casi
desde principios de su historia (2 Nefi 5:15), y
los jareditas utilizaron el oro, la plata y otros
metales más de mil años antes. Sin embargo,
los nuevos datos e interpretaciones de nuevo
apoyan las afirmaciones del Libro de Mormón. La mayoría de los artefactos metálicos de
Mesoamérica pertenecen a los siglos previos
a la Conquista Española. Aun en esos
tiempos, no había una provisión abundante de
metales en la región, de modo que es posible
que éstos los volviesen a utilizar, o los fun-
dieran y los volvieran a moldear. Claramente,
si estos objetos eran de tanto valor, sería en
ocasiones muy raras que sus dueños los
dejaran en donde los arqueólogos pudieran
descubrirlos. Los objetos metálicos que se
han llegado a descubrir generalmente son pe-
queños o fueron colocados a propósito como
ofrenda en tumbas y sitios sagrados. El hecho
de que ya se hayan encontrado una docena o
más de piezas de metal que datan de antes de 900 años d. de J.C. y se remontan hasta
100 años a. de J.C. nos asegura que este
pueblo tenía conocimientos de la metalurgia.
Pero sin duda, estos objetos de metal eran
relativamente raros y muy valiosos. Patterson
supone que la razón por la que había comparativamente poco metal en los tiempos
precolombinos es que era sumamente difícil
minar los depósitos de mena con la tecnología
tan limitada con que contaban. No obstante, es intrigante el hecho de que
no encontremos mayor evidencia de las
habilidades metalúrgicas aparte de la pequeña
cantidad de piezas que se han encontrado.
Sabemos que los peruanos usaban ciertas
técnicas metalúrgicas sencillas poco después
del año 2.000 a. de J.C. Ya que es
ampliamente aceptado el que hubo contacto
entre Perú y Mesoamérica, sería asombroso
que un conocimiento cultural tan valioso como
lo es la metalurgia no se hubiera transmitido
del primer pueblo al segundo. tomamos en consideración la posibilidad de
que esta técnica haya procedido del otro lado
del océano, el que los peruanos hayan tenido
este conocimiento nos sugiere firmemente que
la teoría arqueológica aceptada a este respecto ha sido errónea, y que de hecho los
pueblos mesoamericanos tenían mayor
conocimiento de esta tecnología de lo que se
ha podido descubrir hasta el momento. Los estudios que se han verificado con
relación a los idiomas apoyan el concepto de
que se usaron metales en Mesoamérica a
principios de su historia. Durante muchos
años los lingüistas han estado comparando
los idiomas que aún sobreviven y que están
relacionados entre sí, con el fin de reconstruir
los proto-idiomas de los que se derivaron. Los
profesores Longacre y Millon han reconstruido
parte del idioma proto-mixteco que se habló
en el estado de Oaxaca, México y áreas cir-
cunvecinas. De acuerdo con sus datos,
parece haber existido una palabra alrededor
del año 1.000 a. de J.C. que quería decir
metal (o cuando menos campana de metal).
El estudio que realizó Kaufman de los idiomas Tzeltal-Tzotzil mostró que en la región maya hubo otra palabra para metal que se originó
cerca del año 500 d. de J.C.; pero también se
encuentra la misma raíz en el idioma
huasteco, un idioma maya que se piensa se
separó del grupo principal alrededor del año
2.000 a. de J.C. Mientras tanto, Campbell y
Kaufman, en un estudio importante sobre el
idioma proto-mixe-zoqueo, demostraron en
forma bastante conclusiva que éste era el
idioma principal de la civilización Olmecas.
Este idioma también tenía una palabra para
metal, que ellos pensaban que se había origi-
nado a más tardar en el año 1.500 a. de
J.C. Así que los lingüistas históricos ahora
nos demuestran que mucho antes del año
1.000 a. de J.C. parece haberse conocido y
probablemente utilizado el metal en las tres familias lingüísticas más importantes de la
Mesoamérica más antigua. Podemos confiar
en que en el futuro los arqueólogos encontra-
rán artefactos metálicos, por muy raros que sean, para complementar la escasa
información que se tiene en la actualidad.

Entre los metales que el Libro de Mormón
menciona se encuentra el ziff. (Véase Mosíah
1 1:8.) Hay varias derivaciones hebreas de
este término que son razonables, ya sea con
el sentido de "brilloso o "laminado". Entre las
substancias mesoamericanas conocidas,
quizás sea la tumbaga la posibilidad más
lógica. Esta aleación de cobre y oro se
producía comúnmente en Colombia y
Centroamérica pero también se ha encontrado
en un sitio maya. Otra posibilidad es la
singular aleación de cobre y estaño que
descubrieron Rubin de la Borbolla, Caley y Easby en el occidente de México. O quizás
el Ziff haya sido el estaño solo. Los científicos
metalúrgicos modernos tienden a creer que en
la actualidad ya se conocen todas las
aleaciones y que no hay nada nuevo, como el
ziff, aún sin identificar.

EL TESTIMONIO DEL LIBRO DE MORMON

Tal vez sea fácil para el erudito que no es mormón desechar
casualmente el Libro de Mormón, ya que cuanto más versada sea la
persona, más es la tendencia que existe a descartar el libro. Para el erudito
perspicaz, las planchas de oro, un ángel, un joven profeta vienen a sonar
como un relato de lo sobrenatural. Su estilo aparentemente sencillo y su
relación tan concisa con otras escrituras hebreas antiguas parecen
catalogarlo como un engaño insensato e irrisorio. Sin embargo, al final no
es el libro el que carece de sentido, sino los que así lo consideran. Uno de
los grandes errores que algunos de nosotros cometemos es la tendencia de
juzgarlo (favorable o desfavorablemente) sin examinarlo y entenderlo a
fondo como deberíamos.
Y ¿en qué forma se relaciona esto con un seminario de graduados, un
grupo de eruditos de Oxford, un panel de jueces, un estudiante haciendo
investigaciones, un teólogo, un profesor, etc.? La respuesta es muy simple.
En mi experiencia, el Libro de Mormón es un instrumento maravilloso del
Señor. Es sorprendente verlo hacerse acreedor de respeto y obtenerlo para
el evangelio de Jesucristo. Al igual que la piedra que fue reprobada por los
edificadores, pero que llegó a ser la cabeza del ángulo (Hechos 4:11,
Salmos 118:22), el Libro de Mormón, también una piedra angular, en
ocasiones ha sido rechazado por muchos edificadores fieles en otros as-
pectos. Pero como muchas veces ocurre con aquello que es verdadero, la sabiduría de los sabios tiene que desvanecer ante el Señor (Isaías 29:14).
Y cuando ocurra, la convicción y una forma más elevada de respeto
reemplazará a la duda.
Nunca he visto que al Libro de Mormón le falte justificación alguna.
Aunque en la mente de algunos lectores ha suscitado muchos
interrogantes, siempre me he sentido recompensado en vez de desilusionado por las respuestas que estas preguntas proporcionan. El en-
contrar estas respuestas lleva a la convicción, y el estar convencido nos
conduce al respeto, el cual algunas veces nos deja ver claramente el
sendero hacia el testimonio.
Yo sé que es importante desarrollar y ayudar a otros a sentir respeto
por el Libro de Mormón. Es la palabra de Dios. y todo aquel que lo posea
será juzgado por él. Es Escritura sagrada que se nos ha dado para "enseñar,
para redargüir . . . para instruir en justicia". (2 Ti. 3:16.) Sería ideal que
todos pudiesen aceptar un ejemplar del Libro de Mormón sin desconfianza
alguna, para que después, por medio de la oración y con humildad,
pudieran recibir del Espíritu Santo el testimonio de que es verdadero. Pero
no siendo las circunstancias tan ideales como quisiéramos, es bueno que el
libro en sí merezca el respeto de muchos.
Por el respeto que siento hacia este libro, me encuentro más cerca del
Señor. Estoy agradecido porque tan hermosa relación aumenta el amor que
siento por las palabras de este precioso registro, y así, a medida en que mi
respeto por este libro aumenta, yo también continúo progresando.

COMO PODEMOS TENER AUTODOMINIO SOBRE NOSOTRO S EN LAS TENTACIONES


CONTROLE SU MENTE.

Ejercer fe en los poderes del cielo es un proceso bastante sencillo, pero requiere
un esfuerzo mental continuo.
Cuando un hombre obra por la fe, obra con esfuerzo mental en vez de
esfuerzo físico.
El esfuerzo mental involucra los pasos siguientes: 1) entrenarse para estar
consciente de los pensamientos, 2) aprender a escudriñar los propios pensamientos
para determinar si aumentan o disminuyen la fe, y 3) si un pensamiento reduce su fe, reemplazarlo con un pensamiento que se base en la fe. Por ejemplo, puede
reflexionar en la bondad del Señor, en su deseo de bendecir a sus hijos, o en las
numerosas promesas de las escrituras que dicen que si pedimos con fe, Él nos
bendecirá. Si aprende a ejercer el esfuerzo mental suficiente, podrá cultivar la fe
necesaria para merecer el poder y la fuerza que vienen por la fe en pro de la
justicia.
A fin de esforzarse mentalmente, uno debe tener poder y dominio sobre su
propia mente. Uno no debe distraerse fácilmente ni enfocar su mente en nada que
no esté de acuerdo con el propósito o el objetivo de la bendición deseada. Por
ejemplo, cuando le está pidiendo al Señor una bendición, ¿se encuentra con que está
pensando en sus quehaceres u otras preocupaciones cotidianas? La próxima vez que
ore o medite, procure controlar su mente suficientemente como para no distraerse
durante su tentativa de comunicarse con el Señor. Considere lo ofensivo que sería
que una persona a quien le esté hablando continuara leyendo un libro. Igualmente,
nuestra conducta le es ofensiva al Señor si dejamos nuestra mente vagar en otras
cosas mientras le estamos hablando. Hasta que aprenda a disciplinar su mente y a
controlarla completamente, su capacidad de ejercer su fe se verá extremadamente
limitada. El poder completo de la mente se da solamente cuando se la enfoca y
dirige hacia un fin específico.
... si tu ojo (el ojo de la mente) es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de
luz. (Mateo 6:22)
Si deja que su mente se extravíe en trivialidades y preocupaciones mundanas,
usted limitará su capacidad de invocar los poderes del cielo y su mente dejará de
serle una fuente de poder. Descubrirá, sin embargo, que al intentar controlar y enfocar su mente, el diablo
le presentará distracciones. Cuando usted controle su mente y no permita que le
distraigan, podrá ejercer fe sin límites y utilizar los poderes del cielo a través de su
fe.
El mayor misterio que ha aprendido el hombre es saber cómo controlar la
mente humana, y cómo someter cada una de las facultades y poderes de la
misma a Jesucristo; este es el misterio más grande que tenemos que aprender
mientras moramos en este tabernáculo de barro.
Necesita recordar constantemente que la mente es literalmente la llave que abre
las puertas de los poderes del cielo. Debemos aprender a controlar la mente.
... (la mente) es el agente del Omnipotente revestida con este tabernáculo
mortal, y debemos aprender a disciplinarla, a enfocarla, y a no permitir que el
diablo interfiera con ella y la confunda, ni la desvíe del gran objetivo que
tenemos a la vista...
Si pudiéramos controlar nuestra mente, podríamos controlar a nuestros
hijos, nuestra familia, y el Reino de Dios, y lograr que todo ande bien, mucho
más fácilmente de lo que podemos ahora
Uno necesita ser capaz de controlar su mente para que no se distraiga en los
otros hechos y preocupaciones que le rodean, y concentrarla con toda su fuerza en el
problema que está tratando de resolver en particular, o en la bendición que está
buscando.
Si una persona disciplina su mente para que esté en armonía con el espíritu
y la enfoca totalmente en sus acciones, y en los principios de fe que le otorgarán el poder de Dios, cuán grande será su facilidad para obtener
conocimiento...
En nuestra sociedad actual la música ha llegado a ser un "opio" para la mente. El
escuchar música de buena calidad es loable. Si la música se usa como una
escapatoria, ésta llega a ser perjudicial. Si una persona se pasa las horas observando
deportes pero no hace ejercicios físicos, su cuerpo va a sufrir. Lo mismo ocurre con
la mente. Si permitimos que nuestra mente se ocupe en cosas que no requieren
ningún esfuerzo, como escuchar música popular, tanto la mente como el espíritu
sufrirán.

LA RECTITUD QUE REPRESENTA EN NOSOTROS


A menos que su vida esté en armonía con los dogmas básicos del evangelio (ej,
pureza de pensamientos y acciones, motivos justos, obediencia, y dedicación) no
podrá ejercer la fe que le dé accesos a los poderes del cielo. (Véase Mormón 1:13-
14) El Señor ha estipulado que "los poderes del cielo... no pueden ser gobernados ni
manejados sino conforme a los principios de justicia." (DyC 121:36) Cuando uno
guarda los mandamientos, (paga un diezmo justo, estudia el evangelio, desempeña
concienzudamente sus cargos en la Iglesia, se abstiene de malas conversaciones) uno
puede utilizar los poderes del cielo para bendecir su vida.
Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no
hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis. (DyC 82:10)
Bruce R. McConkie nos dice que, "La fe es un don otorgado por Dios en
recompensa por nuestra rectitud personal. Siempre se da cuando hay rectitud; y
cuanto más obediencia a las leyes de Dios, mayor será la fe otorgada." [4] Por
consiguiente, sólo las personas que obedecen los principios de verdad que vienen del
Señor pueden ejercer su fe como fuente de poder.
Si Ud. puede contestar las siguientes preguntas en forma afirmativa, puede estar
seguro de que su vida está lo suficientemente en armonía con los principios del
evangelio como para ejercer su fe como principio de poder.
1. Si usted ha transgredido la ley de castidad, ¿ha sido absuelto por la
debida autoridad del sacerdocio?
2. ¿Se esfuerza usted por desempeñar sus obligaciones en la Iglesia,
asistiendo a las reuniones sacramentales y las del sacerdocio? 3. ¿Apoya usted al Presidente de la Iglesia como Profeta, Vidente y
Revelador, reconociendo que ningún otro hombre en la tierra posee todas las
llaves del sacerdocio?
4. ¿Apoya a los líderes locales y a las autoridades generales de la Iglesia?
5. ¿Paga un diezmo justo?
6. ¿Es usted totalmente honrado en sus tratos con sus semejantes?
7. ¿Observa la Palabra de Sabiduría?
8. ¿Se esfuerza por cumplir con las reglas y doctrinas aceptadas de la
Iglesia?
9. ¿Lee las escrituras regularmente?
10. ¿Se abstiene de conversaciones que podrían ofender al Señor?
11. Si ha hecho algo que ha perjudicado a la Iglesia o que haya requerido
el arrepentimiento debido, ¿lo ha aclarado con la debida autoridad?
En cuanto a su dignidad personal, debe darse cuenta de lo grave que es mentir a
un representante del Señor o no vivir de acuerdo con lo que le haya prometido. El
Señor no tolera la tergiversación de los hechos al entrevistarnos con uno de sus
representantes escogidos. El Presidente Kimball nos ha advertido que: "Los que
mienten a las autoridades de la Iglesia olvidan o pasan por alto una importante regla
y verdad que el Señor ha establecido: que cuando El llama a los hombres a cargos
mportantes en su reino, y se ha colocado sobre ellos el manto de autoridad, el
mentir a ellos es equivalente a mentirle al Señor; una media verdad a sus oficiales es
como una media verdad al Señor." [5] El Señor no dejará que se burlen de él. Si el
Lector siente que necesita más aclaración en cuanto a la confesión, lea el libro del
Presidente Kimball, El Milagro del Perdón. La primera vez que lea este libro, contéstese esta pregunta:
¿Quién puede ejercer su fe como principio de poder?
De ser posible, converse sobre la respuesta con alguien que haya leído este libro.

EL PLAN DESALVACION


"Dios," dice el Profeta, "Hallándose en medio de espíritus y gloria, porque
era el más inteligente, consideró propio instituir leyes por medio de las cuales los demás
podrían tener el privilegio de avanzar como El lo había hecho La relación que existe entre Dios y nosotros nos coloca en situación tal, que podemos
ampliar nuestro conocimiento. El tiene el poder de instituir leyes para instruir a las in-
teligencias más débiles, a fin de que puedan ser exaltados como El, y recibir una gloria
tras otra, así como todo conocimiento, poder, gloria e inteligencia que se requiere para
salvarlos en el mundo de los espíritus.” (Enseñanzas, pág. 439) De esta manera el plan
de salvación (o redención y de exaltación) comprende todas las leyes, ordenanzas,
principios y doctrina de acuerdo con los cuales los hijos espirituales de Dios tienen el
poder de progresar hasta llegar al estado exaltado del Padre.
El Plan de salvación fue ordenado por el Padre. No es el plan de Cristo o de Adán ni
de ningún otro de los hijos del Padre. Fue ordenado por el Padre para que Cristo su Pri-
mer Hijo Espiritual y todo el resto de sus hijos espirituales pudiesen progresar hasta la
exaltación. El Primogénito aceptó y se ajustó al plan del Padre -"Padre, hágase tu volun-
tad, y sea tuya la gloria para siempre' (Moisés 4:2)- y el resto de sus hijos espirituales
justos hizo lo mismo; y todos tomaron sus respectivos roles asignados para llevar a cabo
el gran plan. La instrucción para una eventual salvación comenzó para cada persona en
el momento de su nacimiento espiritual. Después de un largo período preexistente de
probación y aprendizaje, se creó esta tierra para que hubiese un lugar donde los espíritus
que hubiesen guardado su primer estado pudiesen venir, recibir cuerpos mortales y pasar
por pruebas y dificultades. (Moisés 4:1-4; Abra. 3:22-28.) Después de la muerte los espíritus van a una esfera espiritual para obtener aún mayor
experiencia y finalmente son levantados en la resurrección, enfrentan el juicio y son re-
compensados con un lugar en los reinos de gloria que están preparados. (Alma 40; 41;
D. Y C. 76.) Cristo es el Redentor y como resultado de su sacrificio expiatorio se ponen
en marcha los términos y condiciones de este gran plan de redención, para el resto de la
humanidad muchos de los cuales han tenido roles menores en este gran proyecto y plan
del Padre. Para los hombres en esta vida, el plan de salvación es el evangelio de Jesu-
cristo. Comprende todas las leyes, ordenanzas y realizaciones en conformidad a las
cuales el mortal es investido de poder para obtener la vida eterna en el reino de Dios.
Desde la caída de Adán, el hombre ha sido carnal, sensual y diabólico por naturaleza.
(Moisés 5:13; 6:49; Alma 42:10; Mosíah 16:1-4; D. Y C. 20:20.) Ajustándose al plan de
salvación el hombre puede dejar al hombre natural, nacer de nuevo como una nueva
criatura y volverse "se haga santo por la expiación de Cristo el Señor." (Mosíah 3:16-
19.) Los pasos del plan son: 1. Fe en el Señor Jesucristo; 2. Arrepentimiento; 3.
Bautismo por inmersión por manos de quien sea administrador legal; 4. Imposición de
manos para el don del Espíritu Santo, también por manos de un administrador legal; y 5.
Perseverar en rectitud hasta el fin de la vida mortal. (Cuarto Artículo de Fe; 2 Ne. 9:23-
24, 31; 3 Ne. 27:19-21; D. Y C. 20:29.)