domingo, 13 de julio de 2008

EL PLAN DESALVACION


"Dios," dice el Profeta, "Hallándose en medio de espíritus y gloria, porque
era el más inteligente, consideró propio instituir leyes por medio de las cuales los demás
podrían tener el privilegio de avanzar como El lo había hecho La relación que existe entre Dios y nosotros nos coloca en situación tal, que podemos
ampliar nuestro conocimiento. El tiene el poder de instituir leyes para instruir a las in-
teligencias más débiles, a fin de que puedan ser exaltados como El, y recibir una gloria
tras otra, así como todo conocimiento, poder, gloria e inteligencia que se requiere para
salvarlos en el mundo de los espíritus.” (Enseñanzas, pág. 439) De esta manera el plan
de salvación (o redención y de exaltación) comprende todas las leyes, ordenanzas,
principios y doctrina de acuerdo con los cuales los hijos espirituales de Dios tienen el
poder de progresar hasta llegar al estado exaltado del Padre.
El Plan de salvación fue ordenado por el Padre. No es el plan de Cristo o de Adán ni
de ningún otro de los hijos del Padre. Fue ordenado por el Padre para que Cristo su Pri-
mer Hijo Espiritual y todo el resto de sus hijos espirituales pudiesen progresar hasta la
exaltación. El Primogénito aceptó y se ajustó al plan del Padre -"Padre, hágase tu volun-
tad, y sea tuya la gloria para siempre' (Moisés 4:2)- y el resto de sus hijos espirituales
justos hizo lo mismo; y todos tomaron sus respectivos roles asignados para llevar a cabo
el gran plan. La instrucción para una eventual salvación comenzó para cada persona en
el momento de su nacimiento espiritual. Después de un largo período preexistente de
probación y aprendizaje, se creó esta tierra para que hubiese un lugar donde los espíritus
que hubiesen guardado su primer estado pudiesen venir, recibir cuerpos mortales y pasar
por pruebas y dificultades. (Moisés 4:1-4; Abra. 3:22-28.) Después de la muerte los espíritus van a una esfera espiritual para obtener aún mayor
experiencia y finalmente son levantados en la resurrección, enfrentan el juicio y son re-
compensados con un lugar en los reinos de gloria que están preparados. (Alma 40; 41;
D. Y C. 76.) Cristo es el Redentor y como resultado de su sacrificio expiatorio se ponen
en marcha los términos y condiciones de este gran plan de redención, para el resto de la
humanidad muchos de los cuales han tenido roles menores en este gran proyecto y plan
del Padre. Para los hombres en esta vida, el plan de salvación es el evangelio de Jesu-
cristo. Comprende todas las leyes, ordenanzas y realizaciones en conformidad a las
cuales el mortal es investido de poder para obtener la vida eterna en el reino de Dios.
Desde la caída de Adán, el hombre ha sido carnal, sensual y diabólico por naturaleza.
(Moisés 5:13; 6:49; Alma 42:10; Mosíah 16:1-4; D. Y C. 20:20.) Ajustándose al plan de
salvación el hombre puede dejar al hombre natural, nacer de nuevo como una nueva
criatura y volverse "se haga santo por la expiación de Cristo el Señor." (Mosíah 3:16-
19.) Los pasos del plan son: 1. Fe en el Señor Jesucristo; 2. Arrepentimiento; 3.
Bautismo por inmersión por manos de quien sea administrador legal; 4. Imposición de
manos para el don del Espíritu Santo, también por manos de un administrador legal; y 5.
Perseverar en rectitud hasta el fin de la vida mortal. (Cuarto Artículo de Fe; 2 Ne. 9:23-
24, 31; 3 Ne. 27:19-21; D. Y C. 20:29.)

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