domingo, 13 de julio de 2008

EL TESTIMONIO DEL LIBRO DE MORMON

Tal vez sea fácil para el erudito que no es mormón desechar
casualmente el Libro de Mormón, ya que cuanto más versada sea la
persona, más es la tendencia que existe a descartar el libro. Para el erudito
perspicaz, las planchas de oro, un ángel, un joven profeta vienen a sonar
como un relato de lo sobrenatural. Su estilo aparentemente sencillo y su
relación tan concisa con otras escrituras hebreas antiguas parecen
catalogarlo como un engaño insensato e irrisorio. Sin embargo, al final no
es el libro el que carece de sentido, sino los que así lo consideran. Uno de
los grandes errores que algunos de nosotros cometemos es la tendencia de
juzgarlo (favorable o desfavorablemente) sin examinarlo y entenderlo a
fondo como deberíamos.
Y ¿en qué forma se relaciona esto con un seminario de graduados, un
grupo de eruditos de Oxford, un panel de jueces, un estudiante haciendo
investigaciones, un teólogo, un profesor, etc.? La respuesta es muy simple.
En mi experiencia, el Libro de Mormón es un instrumento maravilloso del
Señor. Es sorprendente verlo hacerse acreedor de respeto y obtenerlo para
el evangelio de Jesucristo. Al igual que la piedra que fue reprobada por los
edificadores, pero que llegó a ser la cabeza del ángulo (Hechos 4:11,
Salmos 118:22), el Libro de Mormón, también una piedra angular, en
ocasiones ha sido rechazado por muchos edificadores fieles en otros as-
pectos. Pero como muchas veces ocurre con aquello que es verdadero, la sabiduría de los sabios tiene que desvanecer ante el Señor (Isaías 29:14).
Y cuando ocurra, la convicción y una forma más elevada de respeto
reemplazará a la duda.
Nunca he visto que al Libro de Mormón le falte justificación alguna.
Aunque en la mente de algunos lectores ha suscitado muchos
interrogantes, siempre me he sentido recompensado en vez de desilusionado por las respuestas que estas preguntas proporcionan. El en-
contrar estas respuestas lleva a la convicción, y el estar convencido nos
conduce al respeto, el cual algunas veces nos deja ver claramente el
sendero hacia el testimonio.
Yo sé que es importante desarrollar y ayudar a otros a sentir respeto
por el Libro de Mormón. Es la palabra de Dios. y todo aquel que lo posea
será juzgado por él. Es Escritura sagrada que se nos ha dado para "enseñar,
para redargüir . . . para instruir en justicia". (2 Ti. 3:16.) Sería ideal que
todos pudiesen aceptar un ejemplar del Libro de Mormón sin desconfianza
alguna, para que después, por medio de la oración y con humildad,
pudieran recibir del Espíritu Santo el testimonio de que es verdadero. Pero
no siendo las circunstancias tan ideales como quisiéramos, es bueno que el
libro en sí merezca el respeto de muchos.
Por el respeto que siento hacia este libro, me encuentro más cerca del
Señor. Estoy agradecido porque tan hermosa relación aumenta el amor que
siento por las palabras de este precioso registro, y así, a medida en que mi
respeto por este libro aumenta, yo también continúo progresando.

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