domingo, 13 de julio de 2008

DIRENCIAS ENTRE LA IGLESIA Y EL TEMPLO ENTRE LOS SUD




Se llaman templos a los santuarios sagrados
donde se llevan a cabo ordenanzas, ritos y ceremonias sagradas que tienen que ver con la
salvación y exaltación en el reino de Dios. Son los sitios de adoración más sagrados
sobre la tierra; cada uno es literalmente una Casa del Señor, una casa del gran Creador,
una casa donde El y su Espíritu pueden morar, a la que puede venir, o enviar mensa-
jeros, a conferir sacerdocio y llaves y dar revelación a las personas. Desde los días de
Adán hasta el presente, cada vez que el Señor ha tenido un pueblo sobre la tierra, los
templos y las ordenanzas del templo, hall sido la obra que coronó su adoración.
"A mi pueblo siempre se le manda construir" templos, dice el Señor "para gloria,
honor e investidura" de todos los santos. (D. Y C. 124:3940.) Estos templos han sido
edificios costosos y elaborados toda vez que lo han permitido las habilidades del pueblo;
nada es demasiado bueno para el Señor, y ningún sacrificio es demasiado para servirle. Pero en días de pobreza o cuando el número de creyentes ha sido pequeño, el Señor ha
usado montañas, bosques y desiertos como templo. Por ejemplo, después del éxodo de
los últimos días, las investiduras fueron dadas primero en la cima del pico Ensing.
(Doctrina de Salvación, vol. 2, pág. 218-242.) Poco es lo que sabemos de los sagrados
santuarios anteriores a la época de Moisés. Sabemos que tan pronto como Moisés guió a
Israel fuera del cautiverio egipcio, recibió instrucciones detalladas para construir y usar
un templo o tabernáculo portátil, no para asambleas o reuniones generales sino para
llevar a cabo ordenanzas sagradas. Podemos ver que al principio, hubo en el antiguo
Israel un tabernáculo provisional (Ex 33:7-11); que a partir de allí, el pueblo donó sus
riquezas y se construyo" el tabernáculo de la congregación (Ex. capítulos 25 al 31 y 35
al 40) que este tabernáculo fue puesto e varios lugares en Israel después que entraron en
la tierra prometida (Jos 18:1-3; Jueces 18:31; 21:2; 1 Sam. 1:3 24; 4; 7:1-2; 21:1-6; 1
Cró. 21:28-30; Cró. 1:3-6); que mientras el tabernáculo estaba en Gibeón, David
construyó otro tabernáculo en su propia ciudad, para cobijar el Arca del Convenio (1
Sam. 4:10-22; 5; 6; 7:1-2 que con el material que recogió David, Salomón construyó el
gran templo en Jerusalén (1 Cró 22:5-19; Rey. 5:13-18 2 Cró, capítulos 3 al 7); que
Ciro de Persia patrocinó la vuelta del Judá cautivo de Babilonia para reconstruir el
templo, una estructura llamada el templo de Zorobabel (Esdras 1:1-4); y que el llamado
templo de Herodes, el templo en Jerusalén en la época del ministerio de nuestro Señor,
estaba siendo entonces reconstruido. (Juan 2:20.) Poco después que los nefitas llegaran a
América construyeron un templo. (2 Ne. 5:16; Jac. 1:17; 2:2, 11.) Se sabe que casi
quinientos años más tarde aún tenían un templo (Mosíah 1:18; 2:1-7; 7:17; 11:10-12;
19:5), y fue alrededor del templo que se juntó la gente para esperar el ministerio personal del Señor resucitado. (Hela. 10:8; 3 Ne. 11:1; James E. Talmage. La Casa del
Señor.) Siguiendo la revelación y mandamientos, los santos construyeron el primer
templo de esta dispensación en Kirtland, Ohio (D. Y C. 88:119.) Allí fueron restauradas
llaves y autoridad y se dio una investidura parcial. (D. Y C. 110.) A partir de allí se han
construido templos en Nauvoo, en el oeste americano, en tierras lejanas y en las islas del
mar, y vendrá el día en que los templos estarán en toda la tierra pues la gran obra del
milenio se centrará en estos edificios sagrados. El templo erigido en Lago Salado
fue construido en cumplimiento parcial de la profecía de Isaías "será confirmado el
monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los
collados. (Isa. 2:1-4; Miqueas 4:1-2.) Aún no se ha cumplido la promesa de Ezequiel
que el santuario del Señor será establecido en la tierra santa. (Eze. 37:21-28; D. Y C.
133:13.) La construcción inspirada y el use apropiado de los templos es una de las
grandes evidencias de la divinidad de la obra del Señor Sin revelación no se pueden
construir ni usar. Donde hay templos, y la revelación descansa sobre los que los
administran, se hallará el pueblo del Señor, donde no se encuentren estas cosas, no esta
la Iglesia, ni el reino, ni la verdad. Los templos continuarán hasta que esta tierra se
convierta en una esfera celestial, cuando, según dicen las escrituras, su propósito se
habrá cumplido y ya no serán necesarios. (Apo. 21:22.) 2. Para señalar la naturaleza
santa y sagrada del cuerpo humano, el Señor dice que es un templo. ¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros,
santo es." (1 Cor. 3:16-17; 6:19; 2 Cor. 6:16; D. Y C. 93:35; Alma 7:21; 34:36; Hela.
4:24.)

No hay comentarios: